Atajas prolongando rodeos,
tras una guía más que te pierdes.
Pasatiempo poco, academia
buscas, y te barnizas de honduras
acumulando máscaras que ellos
y ellas mienten —su oficio
es fingir— confundiéndote
lo pensado y lo escrito
con todo lo contrario. Crees
iniciar una maravillosa travesía
y protagonizas parapléjica
quietud. ¿Quién calcula
—escribe, fotografía,
maquilla, dirige— cuando
vives? Reclamas vida
y le ofreces la espalda,
niña sentada ante el televisor.
.
2 Comentario:
Canela en rama.
Después de leerte, se te puede perdonar la fotico...
Besos.
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