6/24/2015

Coplilla que un pobre mendigo, que dormía en un cajero, recitaba a los pobres ricos que le molestaban el sueño

Como lobos que vuelcan lunas
me calan los lutos llovidos
y me engasto, pena en alma,
a un esqueleto arisco.

No es por fe, es por joder,
oficio de pobre mendigo,
¿qué sepultura más a mano
que acurrucarse en lo vivo?

Dime, listo, que no te ves
el cadalso que predigo;
dime, ínfulas de eterno,
¿que tendrás cuerda para siglos?

Ay, el caballo de Troya
se te coló por el ombligo;
tu calavera te titiritea,
te vive la muerte, pobre rico.

Pero entiendo que no lo entiendas:
nací en cueros, tú con abrigo,
a cubierto follas y duermes,
no te calan los aullidos.








Nicolás Marino

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