6/03/2011

Mando a distancia

Los chulos de la tele están en una película
por eso lo valientes,
porque allí las hostias no duelen,
no escuecen,
no se amoratan,
no te pitan los oídos.

Las hostias de las películas, joder, no rozan chicha,
suenan ¡fiuuuuu!
y el pagafantas tuerce el cuello.

Chimpún.

De seguido les encajan un ¡crak!
o un ¡plof!
y retumba que parece que sí,
que hubo hostia.

Pero qué sabréis vosotros de hostias,
so tontacos, les vacilo.
Atentos, capullines, la próxima vez
que mi viejo me pida el mando de la tele
le contestaré que no me sale de los huevos.




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