7/07/2011

Caramelitos de menta

—Y los «coliflores», y los «seiscientos», y los «fuegodepecho»
—Y los «huevos fritos», ¿os acordáis de los «huevos fritos»?
—Y los «perracos», y los «patís», y los «fumanchús», ¡y que no estaban ricos los «fumanchús»!
—¡Y los «tochos»! A mí es que me chiflaban los «tochos». Cuando me despuntaron las tetillas Jesuso el Chocolatinas me cambiaba una bolsa por sobármelas.
—Eso era porque en el fondo el tipo no ganaba una peseta con el quiosco de chuches. Pura tapadera. La pasta la conseguía con la grifa y las pirulas. Pero se le fue la mano en un racaneo y Chaché le paró los pies.
—¿Se lo cepilló?
—A otro seguro que sí, pero habían hecho la mili en Jaca y les duraba el roce, y Chaché le planteó que escogiera: o te rompo las piernas o te quemo el chiringo. Y el Chocolatinas prefirió que pringara el quiosco.
—Normal.
—Luego mendigó unos años. La diñó de loco y de dormir al raso en el puente Oñate.
—También normal.
—¡Y qué manos tan frías y amarillentas tenía el cabrón! ¡Y cómo le apestaban a nicotina!




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1 Comentario:

El hombre de Alabama dijo...

¿Y si le hubieran cortado la pierna?