un sol caído
tras otro sol caído
ocupo un recodo incomprensible para mí
pertrechado de una ignorancia sudada y macabra
y atrincherado en el polvo industrial
que establecen las ecuaciones de los lugareños
me ocupo cual rata que se mastica
su luna
y su agua
a muerte conmigo
desde una inopia maquiavélica
una barbarie
que me embala hacia la supervivencia
pero alcanzada la última gasolinera de la estatal 61
sobrevivir no sacia las preguntas
demasiada Arizona para uno de La Ventolera
tras otro sol caído
ocupo un recodo incomprensible para mí
pertrechado de una ignorancia sudada y macabra
y atrincherado en el polvo industrial
que establecen las ecuaciones de los lugareños
me ocupo cual rata que se mastica
su luna
y su agua
a muerte conmigo
desde una inopia maquiavélica
una barbarie
que me embala hacia la supervivencia
pero alcanzada la última gasolinera de la estatal 61
sobrevivir no sacia las preguntas
demasiada Arizona para uno de La Ventolera
—¿Otra, Coplero? Ya está. Ya escampó la pesadilla. Dame la mano, mi loco. Y tiéntame ahí. Ahí. ¡Arizonas a mí!
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