6/01/2017

Odian con precisión histórica

El feroz niño llora venas adentro, reclama sus alas, la sal que menstrúa el mar.
¿Cómo no creer cuando el miedo que nos disparaban les salió por la culata?
Por fin nuestras esperanzas no les incumben.
A los que incrustaron bramidos de radio mal sintonizada entre nuestros latidos.
Los amagos de infarto no se doctorarán más en cardiología.
Latiremos en cada paso.
Y no habrá pálpito a contrapelo.
Y no cabrá eco en la distancia.
El futuro no volverá a caducar entre sus manos.
Nos alzaremos callados para que nuestra arenga se fragüe inolvidable.
Llegaremos, sí, y conocerán de qué tierra.
Porque nuestra patria se hará de nunca.
Se hará de viento.








Chris Killip

2 Comentario:

P MPilaR dijo...

Desgraciados acaso quienes no lleguen sino a patria de sal.
El viento perdió todo el aire puro del mundo
No saben ni temer. No pueden
(Me ha llegado al alma este post)

miss desastres dijo...

tan bello como doliente