CELIA RIZOS: Braulio era un Adonis, aunque de Salamanca. Con un badajo que quitaba el hipo. Y follaba tan rebien que no parecía hombre. Sin embargo, el éxito del dueto residía en Fyodor. Al principio puede que no, pero al quinto o sexto revolcón te habías enamorado de aquel jorobado delgaducho hasta el intestino grueso.
IRIS LAPETRA: Fyodor y Braulio fueron de los pocos gigolós que pencaron en mi establecimiento. Cuando las mujeres se van de putas no dejan el corazón en casa y no te puedes figurar cuántas se encoñaron; corrió el boca a boca y hasta de Pontevedra alquilaban autocares (...) Se repartían hábilmente [Fyodor y Braulio] los dos chominillos que Dios ha dado a toda hembra —la oreja y el otro—. Cuando Fyodor las dejaba a punto de caramelo recogía el testigo el callado Braulio.
CdC vol I; pag 14
IRIS LAPETRA: Nieves amaba a Fyodor como no debería autorizarlo la legislación vigente. Fyodor, por lo suyo, no podía amar a nadie.
HEREDIA CÁNDANOS: (…) jorobado, sí, muy jorobado, y feúcho, y cojitranco, y escuálido; pero rozaba el 1,90 y lucía el desgarbado y triste encanto de lo inevitable.
CdC vol I; pag 17
PASCUALA TORIBIO: Indiscutiblemente hay un Fyodor antes y después de Nieves. Iris habla de un Fyodor triste y un Fyodor sonriendo triste.
BERNABÉ URRUTIA: Durante una época Fyodor pudo a su mala cabeza (...) Pero el otro que lo habitaba nunca se largó. Simplemente se retiró a sus cuarteles de invierno. O de verano. Él bromeaba con que su monstruo se guarecía del buen tiempo en la joroba.
LUIS AURELIO: Cuando ocurrió Nieves y Fyodor vivían juntos y eran tan felices que tenías que quererlos a espuertas para que no te desataran la mala envidia. (…) ¿Que por qué lo hizo? Hay azoteas que no están bien arregladas. Llevan la procesión adentro años y años hasta que escupen los nazarenos por la boca.
«En otros vericuetos ustedes habrán nacido catedráticos, pero a mí se me murieron dos hijos de suicidarse y ya tengo el ojo aprendido. Y ese iba derechito por el camino de lo mismo. Y bien que se lo dije con todo su abecedario. Saliva pa ná. El rizo ama el rizo, por eso no se endereza. Cuando su mujer, o su chica, o su novia, o como le llamen ahora a eso, se encontró la estampa, gritó alocada. ¡Dios mío de mi vida, qué manera de gritar!». (Vecina. Declaraciones a Telecinco).
CdC vol I; pag 114
Índice y procedencia de los textos antologados
NIEVA LUZ- Mi lugar en el world
- En pie de guerra
- Epitafio de Fyodor
- Pedrea
- Se me ha aparecido Sarco en una foto
- Poética de tierra quemada
- Pregúntale a tu ropa
- A pelo
ME SONRÍE MI PENA
- Al pasar la barca me dijo el barquero
- Descolocado
- El Inútil
- Una historia simple
- Todos los caminos alejan de Roma
- Ponga un carnívoro en su mesa
- El hombre san Bernardo
- El limpiaparabrisas de Delfos
- Un hombre a una estadística pegado
- Enésimo intento de autorretrato
- Me sonríe mi pena
- Solo por eso
- Malversador de fondos
- La mundialmente famosa balada del hombre triste
- Un as en la manga corta
- Fin de curso
- Estrellos
EL IMPERFECTO IMBÉCIL
- La ventana indiscreta
- Principios existenciales del existencialismo imperante
- Pandemia
- Los corderos
- El dios blanco de los negros
- Comunidad de propietarios
- Tierra de naide
- Casus belli
EL GLACIAL QUE ATROPELLA
- Y las guerras amanecieron nevadas
- El personal narrativo
- A Cecilia y sus 2 cojones
- ¿Oyes al ruiseñor?
- Gato encerrado
- Hambre y solo
- Conservantes y colorantes
LA GENTE RARA ES LO NORMAL
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1 Comentario:
domingoderesucitarjesucristos, los únicos, porque los demás están muertos y con ellos no va la cosa
**que me quedo con el Braulio.
por
1.- el badajo
2.- por callado
3.-por pencón
y que dios me perdone
besos
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